Washington, 24 ene (PL) Investigadores estadounidenses prueban nuevos métodos para la detección precoz de la dislexia, un trastorno vinculado a dificultades en la lectura y la escritura.
Sus primeros indicios pueden detectarse por resonancia magnética antes de que los niños comiencen el período escolar, pues la actividad cerebral muestra algunas diferencias fáciles de captar, explican los autores en su artículo publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
Estudios previos demostraban que este tipo de problemas de aprendizaje de la lectura y la escritura están vinculados a alteraciones neurobiológicas y funcionales a nivel cerebral.
Como parte de los ensayos, los especialistas realizaron resonancias magnéticas a 36 niños con una edad media de cinco años. Una de las pruebas consistía en decidir si dos palabras comenzaban con el mismo sonido.
Aquellos con historial familiar de dislexia mostraban menos actividad metabólica en algunas zonas cerebrales, sobre todo en las uniones entre los lóbulos occipital y temporal y en los lóbulos temporal y parietal.
Esto indica que la capacidad del cerebro para procesar los sonidos del lenguaje es deficiente, incluso antes de que estos niños aprendan a leer, destacó Nora Raschle, autora principal de la investigación.
Por el contrario, quienes presentaban una alta activación en esa región cerebral, tenían mejores habilidades lectoras, como la rima, el conocimiento de las letras y sus sonidos.
A su juicio, la identificación precoz de los niños que puedan desarrollar dislexia ayuda a reducir las consecuencias negativas a las que se enfrentan desde el punto de vista social y psicológico.