En un estudio de 2010, Karin Dahlin examinó los efectos del entrenamiento de la memoria operativa en niños con necesidades especiales en la escuela. Los niños que participaron en el estudio tenían necesidades especiales, como dificultades de atención, estaban diagnosticados o evaluados por el profesor o un psicólogo escolar y tenían edades comprendidas entre los 9 y los 12 años.
Los niños fueron divididos en dos grupos, uno al que se le hizo un control pasivo, recibiendo un refuerzo extra ordinario, pero ninguna otra acción y un grupo experimental el cual completó cinco semanas de entrenamiento intensivo de la memoria operativa. El grupo experimental fue evaluado en tres ocasiones (antes del entrenamiento, después del entrenamiento y 6-7 meses después del entrenamiento), tanto en las habilidades cognitivas (memoria operativa, por ejemplo) como en varios aspectos de la lectura.
El estudio demostró, no sólo que la memoria operativa se reforzó como resultado del entrenamiento, sino también que los niños en el grupo de entrenamiento mejoró su rendimiento en las pruebas de comprensión lectora. Las habilidades lectoras eran mejores que los niños del grupo de control, tanto inmediatamente después del entrenamiento como seis meses más tarde. Esto está en línea con la hipótesis base del estudio, que supone que, una memoria operativa más fuerte llevaría a un aumento de la comprensión lectora.
En un estudio publicado en 2011 Sandra Loosli, Buschkuel Martin, Walter Perren & Susanne Jaeggi estudiaron los efectos del entrenamiento de la memoria operativa en la lectura en niños con desarrollo normal. Todos los niños que participaron en el estudio cursaban 3º o 4º de primaria y tenían entre 9 y 11 años.
Los participantes se dividieron en un grupo de entrenamiento que llevó a cabo un intenso período de entrenamiento de la memoria operativa y un grupo de control pasivo, que no realizó ningún entrenamiento. Se evaluó la capacidad lectora de los niños 3-4 días antes del inicio del entrenamiento y 3-4 días después de finalizarlo. Se evaluaron tres habilidades de lectura diferentes, leer pseudopalabras, lectura de palabras y la lectura del texto donde estaban dichas palabras.
Los resultados mostraron que los niños que llevaron a cabo el entrenamiento de la memoria operativa mejoraron su rendimiento en la lectura particular de las palabras y la lectura de textos relacionados, en comparación con los niños del grupo control. Este estudio apoyo en gran medida la teoría que el entrenamiento de la memoria operativa puede tener un impacto positivo en diversos aspectos de la lectura.