Un estudio realizado por Klingberg y otros (2005) exploró los efectos de la memoria operativa en niños con TDAH entre 7 y 12 años. Los niños fueron divididos en 2 grupos, uno en tratamiento y otro de control. Tanto unos como los otros entrenaron unos 40 minutos al día, 5 días a la semana, durante un total de 5 semanas. El grupo de tratamiento usó una versión de intervención donde la dificultad de los ejercicios de la memoria operativa se ajustaba automáticamente a la capacidad del niño, obteniendo así un nivel óptimo de exigencia, mientras que el grupo de control hizo un tratamiento en que los ejercicios estaban en un nivel constante de dificultad baja. El estudio demostró que el grupo de tratamiento mejoró significativamente su rendimiento en comparación con el grupo de control en las pruebas de memoria operativa visual, memoria operativa verbal, respuesta de inhibición y la capacidad de resolución de problemas.