Coincidiendo con la Jornada Mundial de la Alfabetización, la Federación Suiza Leer y Escribir lanzó este martes un exhorto a las autoridades suizas para que apoyen sus programas de lucha contra ese problema educativo. En Suiza, 800 mil personas adultas son incapaces de leer, escribir o efectuar cálculos de manera correcta como consecuencia de varios factores: un aprendizaje insuficiente, la falta del ejercicio de la lectura o por problemas de orden físico.
"Pero lo que hay que subrayar, es que en la edad adulta es posible corregir esa deficiencia y aprender o re-aprender", subraya el presidente de Federación Suiza Leer y Escribir (FSLE), Roger Nordmann, en entrevista con swissinfo.ch.
Nacida hace dos años de la unión de diversas entidades locales consagradas a la enseñanza de la lectura y la escritura, la Federación imparte cursos a un total de 2000 adultos en todo el país. "Lo que es muy poco en comparación con las 800 mil personas que requieren esa enseñanza", comenta Nordmann. De ahí que la organización exhorte a las autoridades suizas a apoyar sus esfuerzos para dotar a todas las personas que los requieran, de esos instrumentos básicos del conocimiento. Entre los objetivos de la FSLE se encuentran justamente el de brindar acceso a la lectura y la escritura a todos los niveles; la defensa del derecho a una formación de base suficiente y la puesta a disposición de los medios necesarios, y el funcionamiento como centro de competencia en materia de "iletrismo" o analfabetismo funcional. El analfabetismo, explica Roger Nordmann, es propio de las personas que nunca fueron a la escuela, mientras que el iletrismo (o analfabetismo funcional) es aquel que sufren las personas que asistieron a la escuela, que conocen las letras pero que no llegan a utilizar la escritura como útil de trabajo, ni llegan a comprender textos o frases.
"En Suiza estamos más concernidos por el iletrismo que por el analfabetismo", subraya.
De acuerdo con la FSLE, 366.000 personas de nacionalidad suiza, de entre 16 y 65 años, están en situación de iletrismo grave, y 415.500 extranjeros. Esa situación obedece a una deficiente formación escolar, al olvido de la escritura y la lectura como resultado de la falta de uso o a problemas de orden físico tales como la dislexia. Con respecto al primer factor, nuestro interlocutor destaca que un 7% de los alumnos que regresan de la escuela obligatoria tienen un nivel insuficiente de conocimientos de la lectura y la escritura.
"Hay una gran debilidad a ese nivel. Nadie debe salir de la escuela sin saber leer y escribir. Es una de nuestras reivindicaciones".
¿Cómo se puede vivir en el mundo actual sin poder leer y escribir?
"Pidiendo ayuda. Uno llega a la máquina distribuidora de boletos para el transporte y pide ayuda explicando que olvidó sus lentes. Cuando llega una circular de la escuela de los niños, se pide a la esposa o al esposo que la lea", anota Roger Nordmann.
"Las personas que no saben leer están obligadas a encontrar toda suerte de subterfugios. Y, contrariamente a la idea que se tiene, son muy inteligentes, porque para poder sobrevivir en nuestra sociedad sin saber leer o escribir se requiere una gran astucia".
Con todo, añade nuestro entrevistado, los adultos que carecen de los conocimientos que nos ocupan padecen de un sentimiento de culpabilidad o de vergüenza, amén de que están seriamente limitados en diversos rubros: el social, el económico…
"No pueden aprender una profesión, ni ejercer su derecho al voto o defenderse sus derechos en caso de algún tipo de problema con su seguro, por ejemplo".
Sin embargo, el desconocimiento entre los adultos de la lectura y la escritura no es una fatalidad. La FSLE ofrece cursos que, de acuerdo con su director, en un plazo de dos años a razón de cuatro horas por semana en el caso de personas con grandes dificultades, serían suficientes.
"Hay que tener la decisión de hacerlo y vale realmente la pena porque se gana en capacidad y en libertad".
En lo que atañe al analfabetismo, indica que ese problema es mínimo en Suiza y corresponde básicamente a inmigrantes, de algunos países de África, que no asistieron a la escuela en sus países de origen.
"Pero son personas que aprenden rápido y que tienen una gran determinación: la tuvieron para llegar hasta Suiza y la tienen también para aprender a leer y escribir".